domingo, 29 de marzo de 2009

A Ella

Como la noche fria sin luz de Luna, y el Princesito equivocado,
increíblemente triste y tonto.
Y mi etiqueta negra, bordada en la frente, sin dejarme ver
más allá de su oscuridad.
Si recuerdo tus palabras, no es que odie tu opinión,
soy inocente de los delirios que cometí.
Y que en mi boca resuene jarabe, y tu odio al silencio,
pero, sin embargo, te sientas bien.
No guardo muchos recuerdos, más que el fresco viento del puerto
acariciando mi cara, dejandote eterna en esa imagen.
Adiós Jupiter, tal vez fuiste una estrella demasiado grande para mi.

Al Pasado, al 2004, a Ella.


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