alzalas al cielo
y hundilas en el fuego
de ésta pasión astral.
Dando saltos en una ronda,
respirando del humo negro,
todas las imágenes rotas
se unen y despertás.
Cantando como en sueños
de iluminados deseos,
cada chispa, las almas
logra desatar.
Una tormenta de fuego,
de risas y reflejos.
Un ritual que, al amanecer,
en cenizas descansará.
Sueños Vivos...
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