Hoy soy músico en la orquesta del silencio,
los ojos del poeta ciego.
Soy el cuerpo del alma de un muerto,
soy el silencio de los culpables
y la culpa de los inocentes.
Tengo agujas en mis zapatos.
Soy yo por siempre, ahora
y eternamente un fúnebre resplandor
que rompe el cielo
donde nadie lo ve.
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